Dieta para la resistencia a la insulina
Cambios en el estilo de vida: muchas personas con resistencia a la insulina pueden mejorar su salud mediante cambios en el estilo de vida. Se recomienda una dieta saludable rica en proteínas, verduras, frutas, cereales integrales y productos a base de cereales. El exceso de carbohidratos en la dieta aumenta la producción de insulina, a lo que las células dejan de responder, es decir, se vuelven resistentes a su acción. Se ha demostrado que el sobrepeso y la obesidad son factores que contribuyen a la resistencia a la insulina. A su vez, los niveles elevados de insulina bloquean el glucagón, lo que permite quemar el tejido adiposo. Busca un buen dietista y formador que, además de tus logros, también tenga en cuenta tu bienestar. En el caso de la resistencia a la insulina, además del tratamiento con metformina, también son importantes la dieta y el entrenamiento, la atención plena, el sueño y la búsqueda de formas de relajarse. La suplementación complementa todas estas actividades. Una dieta resistente a la insulina, combinada con actividad física, puede ser una herramienta eficaz en el tratamiento y manejo de la resistencia a la insulina. Sin embargo, cada cuerpo es diferente, por lo que es importante adaptar la dieta a sus necesidades individuales y consultar a un profesional de la nutrición. A menudo preguntas en nuestros grupos de apoyo si puedes utilizar suplementos proteicos. Esta pregunta generalmente se hace por dos razones: crees que estás ingiriendo muy poca proteína en tu dieta o estás empezando a hacer ejercicio. En tu opinión subjetiva, haces ejercicio bastante intenso, por lo que deberías consumir más, porque la dieta mediterránea se caracteriza por un alto consumo de verduras y frutas frescas, productos integrales, frutos secos sin sal, semillas, huesos, aceitunas. El aceite crudo y otros alimentos ricos en polifenoles ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina en personas que padecen obesidad. La resistencia a la insulina se manifiesta por aumento del apetito, alteración de la concentración y somnolencia. El trastorno del metabolismo de los carbohidratos también se acompaña de cambios característicos en la piel, que pueden ayudar en el diagnóstico precoz. La sensibilidad reducida del cuerpo a la insulina conduce a una regulación alterada del nivel,